RADIO PIANO BAR

08 mayo, 2011

AGUR (ENSAYO)

Felicidad Segurado F.
Monsieur James

“… ¿Y si Dios fuera una mujer?
…vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos si con las entrañas…”

MARIO BENEDETTI



Una tibia y dulce ilusión
puede deshacerse entre linos
y alcobas vírgenes y viejas
si enrarecido va el aire
que de tu pecho reflejas.

Y viene a mostrar en imagen
sin más leche que tu viento
el galáctico firmamento
que deja mi pluma seca
en tu estuche de silencios.

Tu perfume de alcoba virgen
flota en satánico ruido de rosas
que en mi soberbia soledad
viene ordenando tus cosas.

¿Mis cosas?
no son más que pasajeras ilusiones
que se acumulan en armarios
y éste, mi sonrojo deja
extraños de cuarzos y de limón
enredado en alguna de mis quejas.

Alimenta mis enojos
con esos lápices de cera
no me dejes a la espera
ni en tus armarios de luces
yo voy inclinando el camino
adelantando tus cruces.

¡Sigue tu camino! caminante
de besos en labios perdidos
en mi boca; en mi boca
llevo mi beso ofendido
y sólo hay lumbres y copas.

Corro a limpiar tus heridas
con mis dulzuras y versos
y aunque la Luna se enoje
ya te quisiera en mi vida.

¡Vida! Si ya no es vida
sino maldita pesadumbre
de soledad resentida
déjame en mi calesa
quiera la luna me alumbre;
y al final de mi arco iris
encuentres una mortaja
en mi perdida belleza.

¡No! no me niegues tú la miel
en este mi ocaso de sueños
déjame dibujar en tu piel
caramelos sin venenos.

Labios mustios y atrevidos
con el deseo de ayer
bajo las sábanas húmedas
aprisionan tu placer
¡deja...¡déjame ya!
que la luna estalle
en su último devenir
y emule ese idilio dormido
olvidado en tu sufrir.

Marchita está, Doña Luna
que sueña rayos de sol
te ofrezco lagunas castas
en un concierto de amor.

Toma lo que desees
de este hechizo sin par
que el veredicto del mundo
bendiga o venga maldiciendo
nuestro bello caminar.

¡Basta señora Dulzura!
que yo ya me enamoré
de tus llantos, tus locuras;
ayer me calentaba el Sol
que hoy me caliente la Luna.

Mi señora... ¡yo te amo.....!
¡No! ¡no! otra loca está en tu cuna

¡Es cierto! ¡es cierto!
Sigo prendido a la Luna
pero.... dime tu tormento
¿quien te negó su fortuna?

Fue en un día de campo triste
sin vino añejo ni pan
que sopló fríos de embrujo
en las orillas del mar

Escapemos juntos chiquilla
y de vuelta a nuestro rincón
contémosle a los poetas
que hemos perdido la razón.

Embriagado de tu mirar
yo te entrego mi alma y ¡qué va?
que comience o que termine
este romance del mar.

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