No me escondo ni es mi intención
Evitar que en vuestra devoción de centinela
Desde ese sillón de hombre potentado
Su Señoría juzgue de manera irracional
Y me mande pal penal
Unos cuantos años.
Tenía hambre y de mí se apoderó
Ese instinto animal
Que en la bestia no es perverso
Y yo lo digo con todas sus letras
NO SOY DE IZQUIERDA
El hombre se resistió y tuve que aterrarlo
Y viendo que resistía Su Señoría
No pude sino matarlo.
Era él o yo, como en la jungla señor juez
Después supe que tal vez hice mal
Pero tenía hambre y él cometió el error
Se defendió con puto honor
Pero fue má fuerte mi hambre.
Ha tres días que no sabía de alimento
Y él tal vez sin saber
Pensó que no debía compartir
Lo que llevaba en su cartera
Pero Usía yo lo único que sabía
Es que el hambre es brutal y no espera
Entonces en mi desesperanza
Congoja de todos los días
Le di un tajo en la panza
Y lo dejé desangrar.
Acepto su condena de treinta años y un día
Y ojala me muera el último día
Para evitar otro crímen
Por el hambre que voy a tener;
En el penal me darán de comer
Y aunque a pan y agua sea
Al menos me podré aliviar
Del martirio que es el hambre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario