La noche excita visiones
En su cendal de opacidad,
Las horas marcan el tictac
De mis ojos abiertos.
Desasosiego y soledad
Intranquilidad y desvelo
Me mata Señor el sueño
Y no logro conciliar
Esa maldita armonía
Proterva la conciencia
Y esa plegaria inconsciente
Que solo es remembranza.
Vivo entonces insomnios
De cruel oquedad
Los ojos de par en par
Abiertos
Y en serena oscuridad
La evocación del mar
Mantiene vivo.
El rezongo marino
Calcina mi entendimiento
Se aleja mi torpeza
La tristeza se serena
Cierro los ojos al cielo
Y por fin
Me duermo.
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