La patria a media asta
Y una bandera sin viento
Adornaba con triste pena
El suelo de la Alameda
Que se vestía de muerte.
Sin embargo en Palacio
Rugía la dignidad
Apagando la cobardía
Reventaba el corazón
La grana de heroico gesto
Del Generalísimo Salvador
Mientras el cobarde se escondía
Señores de si mismo.
Felón y traidor
General de la maldad
Ni con la muerte pagarás
El tránsito que sembraste.
Voy a buscar por ello
En las cumbres de mi andar
Esas cosas que sucedieron
Y que por amargas o por dolor
No se pueden olvidar.
Y volvió la pérfida tortura
Los campos de concentración
Los violadores y el violador
Y los que ostentan fortunas
Los que en nombre del Señor
Blasfemaban a voz en cuello
Y mataban sin temor
El amarillo de Sol
Y las cuerdas de la Luna.
Pero infortunados seréis
Me valgan vuestros doblones
Porque todo al parecer
No se compra con dinero
Otro que el General rastrero
Aquel que jurando lealtad
Se arrimó a la felonía.
Mas poco a poco
Repugnante y pendenciero
Chancho asqueroso
Ladrón asesino y cruel
Más temprano que tarde
Desapareces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario