RADIO PIANO BAR
28 enero, 2011
PRINCESA ANDRAJOSA
Lavé tus andrajos con infinito placer
Pues era menester abrir mis ojos
Elevar mi humanidad a tu propia luz
Chiquilla que en la calle, tenías hambre.
Aceptaste resignada el mendrugo de pan
Presumiendo en mi afán el lucro de tu carne.
Pero todo fue distinto al recogerte en mi casa
No hubo morbo no hubo maldad
Sólo compasión y mucha rabia
De encontrarme tu soledad allí en la calle.
Te vi entrar adornada de tus andrajos
Y adiviné la princesa sufriendo castigo ajeno
Vi la copa, vi el veneno y te preparé de comer.
También preparé tu baño entre turbado y confundido
No sabía si te haría bien o si te haría daño.
Cuando saliste del baño, a tu dulzura de niña
Mi corazón encendido se quedara prendado.
Mudo, quieto, petrificado, como una estatua de hielo
Quise acariciar tu pelo, besar tu boca, recorrer tu cuerpo
Pero no pude moverme y permanecí dolorosamente quieto.
Te envolvía una camisa, azul de mi ropero
Y comprendí que los sueños suelen ser sueños
Incluso cuando estás despierto.
Pero siendo niña, eras mujer cabal
y al sentirte protegida y consolada,
me dijiste con ternura:
yo quisiera agradecerle Señor,
y si quiere que sea suya,
dispuesta me ha de encontrar
pues también quiero disfrutar
ahora que encontrara amor.
No supe contestar y preferí la mudez
Le ofrecí flor de olivos y le regalé nueces
Le abrí la puerta y la vi partir...
Ya distante y muy lejos con espanto
Volví mi viejo rostro al espejo
Y no pude aguantar el llanto
Por esos maravillosos andrajos
Que se alejaban de mí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario