Un sollozo bajó a tu boca
suspirando cruel antojo
hablaron así tus ojos
con singular ternura
diciéndome:
es la vida amor
no me valen tus enojos.
asumo
Codicié bajo la luna
tu piel y dulce intento
me sentí un tanto hambriento
y casi sin cordura
confundiera el sentimiento
la noche y la locura.
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