sabe a terciopelo negro
candelabros de esquina
un ataúd en la cocina
falda corta atrevida
mientras muero...
Entonces...
Va mi sangre camino del abismo
Entre vidrios de colores y licor
Precipitando estrellas y abolengos
Embriagando las penas de mi amor.
Llevo el alma triste y confundida
Entre llantos superfluos de dolor
Una copa llena de vacíos
De amarguras de blasfemias y de alcohol.
He perdido el timón de mis quehaceres
En la bruma imposible del desdén
Llevo humo de tabacos y placeres
Y oraciones que no terminan en amén.
Llega la noche y yo busco en el alcohol
El remedio santo a mi dulce obscuridad
Y el abismo apura mis tormentos
Y en la mañana renace mi dolor.
No te culpo, ni me culpo mujercita
La culpa la tiene este alcohol
Que no te olvida adorable princesita
A la hora en que llega la oración.
Ahora vete y déjame en mi mundo
Los cantos de la noche aquí están
Para olvidar este maldito y perro mundo
Invitándome otra copa de cristal.
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