RADIO PIANO BAR

06 enero, 2011

AMOR JOVEN



Te empecé a amar empujado por la ternura de tus trajines.
Al principio pensé que era solo un capricho de juventud y que de ese furtivo beso
con olor a guitarra y canto, no quedaría que el aroma de ese día de sorpresiva primavera ¡Qué beso! Aquel que vino a despertar mi ocaso.

Quise seguir el juego y me deje arrastrar por esa ternura que descubría lentamente en ti. Algunos días más tarde, te confieso empezaron mis temores. Empezaba a soñar peligrosamente en que aquel sueño que siempre soñé, empezara tomar forma y cuerpo.

Te miraba arrobado por tu juventud y al mismo tiempo por esa enorme madurez y esa cálida prestancia. Qué decir de esos atributos y/o dones, cantas lindo, tocas guitarra, piano, amas la literatura hasta el punto de ser profesora pre-universitaria a tus escasos 23 años.

Pero es tu mirada la que me devuelve toda la lozanía de mi malogrado y reciente pasado. Entonces me aferro paulatinamente a esta nueva emoción, que no conocí antes. Trae pasión, compresión y un inmenso cariño que brota por tus ojos diáfanos.
Tu mano en mi mano es comunión de cuerpo y alma.

Llegó dulcemente la entrega, no sin antes confesarme que eras doncella. Lo confesaste casi con temor de que pudiera parecerme extraño. No puedes imaginar mi alegría, volvía a mis catorce años, en que ese momento no fue otra cosa que una emoción de curiosidad y una blasfemia al amor. Pero ahora tenía la oportunidad de vivir ese momento en comunión contigo, con la mujer que pide nacer y el hombre que ya sabe como debe ser ese momento único.

Sublimado y consumido, quiso aflorar por momentos un dejo de culpabilidad. Pero tu despertar apagó toda suerte de resquemores. Reímos satisfechos, y no era solo del amor físico prodigado con dulzura, también sentimos estar enamorados.

Salimos a caminar, corrimos, saltamos, felices, en mi caso, como hacía décadas no lo hacía. El helado con gusto a fresas, recreo toda mi juventud.

No hay comentarios: