RADIO PIANO BAR

06 enero, 2011

LAS REJAS, SANTIAGO DE CHILE

La libertad de vivir encerrado.


Efectivamente, no me refiero -con el título- a un sector bien conocido de la Región Metropolitana de Santiago, actualmente, Comuna de Lo Prado creada en 1981 y que antiguamente se denominara Barrancas. No, ¡definitivamente no!

Me refiero, al modo, forma o sistema, conque la población se defiende de la catastrófica proliferación de la delincuencia urbana, luego que delinquir fuese institucionalizado por el sátrapa usurpador y General, entre los años de 1973 y 1990, en que la derecha chilena asentara su despropósito homicida, coludidos con intereses foráneos y presiones extranjeras.

Institucionalizada entonces la delincuencia, los pobladores se atrincheran, desde entonces, bajo el enrejado del hierro protector. (suena distinto a: bajo el emparrado de mi patio viejo)

Extraño paradigma este, ya que la salvadora mano nacionalista nos devolvería la Libertad que nos había privado el Comunismo Internacional, luego de elecciones libres y democráticas.* (se nos olvidó votar por los mismos de siempre, para que la democracia funcionara) En fin.

Desde ese entonces, somos, estamos y permanecemos libremente enrejados para, esta vez protegernos no ya del Comunismo Internacional, sino del Nacionalismo Nacional INSTITUCIONALIZADO. Difícil de entender, pero en definitiva es la triste realidad del legado del Dictador y sus cegatones y fascistas seguidores. (que dicho sea de paso, son muchos más de lo que parecen), claro no quieren parecer…

Entonces, hoy se construyen complejos habitacionales debidamente enrejados, a lo que se agrega además del enrejado, todo un complejo y sofisticado sistema de seguridad. En que luego de la institucionalización de la delación, (otra aberración fascista) nadie confía en nadie.

Claro, algunos viven esta privación de libertad en áreas verdes, canchas de tenis, el golf a proximidad, quincho y piscina, gimnasios a los que les falta agregar, a mi juicio, todo el sistema educacional empezando desde los jardines infantiles hasta la mismísima universidad. Un gueto moderno, al mismísimo estilo de las cárceles para delincuentes de cuello, corbata y uniforme. Jaulas de oro, esta últimas que empezaron a proliferar, cuando un asomo de democracia brotara, luego del NO y que en donde las evidencias han sido demasiado concluyentes en torno a los atropellos a los derechos humanos y en que la delación forma parte del sistema al interior mismo de los cuarteles.

Pero, ¿cómo se defiende de esta perenne delincuencia el simple trabajador, las familias que viven en campamentos, privados, en la mayoría de los casos, de elementos tan esenciales hoy día como el agua y la luz, cuyas mejoras* están construidas generalmente a base de latones, fonolas y cartones, con pisos de tierra, en que el barro es una amenaza constante, en la época de lluvias?

Bueno, (léase el pueblo, es decir la clase trabajadora, en su gran mayoría a 172 mil pesos de salario mensual), no puede hacerlo, pues en estos momentos de catástrofe natural, están más preocupados de protegerse de la humedad, del frío, de las enfermedades, etcétera, y además si lo quisieran, con ese miserable sueldo no alcanza para las necesidades básicas.

Señores administradores del país, ahora que sois gobierno, porqué no entendéis de una vez por todas, que luchar contra la pobreza, la delincuencia, el narcotraficante y todos los males, no es necesariamente asesinando, encarcelando, sino todo pasa por una mejor educación, una mejor repartija de los bienes nacionales, en fin por un poco de justicia. Claro, de seguro, preferís seguir viviendo en jaulas de oro.

¿HASTA CUÁNDO?

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