RADIO PIANO BAR

06 enero, 2011

SUCEDE

Quise esconderme en la sombra de mis limitaciones y contemplar la vida en calma; me instaba lo puramente espiritual.

Pero de súbito me encontré con el Espíritu, disfrazado de pordiosero pidiendo de comer en el borde de mis más absolutas restricciones.

En un instinto irreflexivo, me saqué el pan de la boca y se lo acerqué a sus manos.

Me miro con desprecio y lo arrojó abruptamente al primer basurero del prestigioso Centro de Compras, “Mall”.

Me paralogizó su burla en mi cómoda eternidad.

Al cabo de un momento, comprendí la diferencia entonces de mi propia hambre y la de un desdichado.

Lo abracé contra mi pecho; el acto de contrición me hizo bien, seguí caminando
terminando de comer en paz el mendrugo de pan que había quedado en mi mano, mientras él esbozaba una sonrisa de etérea felicidad.

No hay comentarios: