
Hoy desperté tranquilo e inquieto
Algo en ti presentía de un encuentro
Tenía el profundo sentimiento
Que algo divino crecía en ti.
De ello hacía un tiempo
Que nunca olvidaría
Tu tristeza, pureza y castidad
Y aunque no tenía edad
De prometerte nada
El recordar de tu alma
Me volvió alegre al cuerpo.
No pretendía adueñarme
Del hijo que en verdad venía
Quería respetar tu decisión
Pero un vuelco en el corazón
Me colmo de dicha el alma
Yo me comí tus lágrimas
Y abracé tu concepción.
La niña que se viene tendrá un poco de los dos.
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